¿El agujero de ozono está causando el cambio climático?

Sí y no. El agujero de ozono es básicamente un agujero causado por la actividad humana en la capa de ozono sobre el Polo Sur durante la primavera del hemisferio sur. La capa de ozono, que se encuentra en lo alto de la atmósfera, nos protege de los dañinos rayos ultravioleta (UV) que provienen del Sol. Las actividades humanas efectivamente le abrieron un agujero, mediante el uso de gases como los clorofluorocarbonos (CFC) en latas de aerosol y refrigerantes, que descomponen las moléculas de ozono en la atmósfera superior.

Vista en falso color del ozono total sobre el polo antártico. El morado y el azul representan las áreas donde hay menos ozono, los amarillos y los rojos donde hay más ozono.
Vista en falso color del ozono total sobre el polo antártico. El morado y el azul representan las áreas donde hay menos ozono, los amarillos y los rojos donde hay más ozono.
NASA Ozone Watch

Si bien algunos rayos ultravioleta adicionales se cuelan a través del agujero de ozono, su efecto neto es enfriar la estratosfera más de lo que calienta la troposfera. (Obtén más información sobre la atmósfera de la Tierra aquí). Por lo tanto, este aumento en los rayos UV no puede explicar el calentamiento de la superficie del planeta.

La buena noticia es que muchos gobiernos reconocieron el peligro que representan los CFC para la capa de ozono de la Tierra, y en la década de 1980 se firmaron acuerdos internacionales y se aplicaron para reducir la producción de CFC. Además, estos químicos fueron reemplazados por hidrofluorocarbonos (HFC).

Desde la década de 1990, los niveles de UV en la superficie han sido relativamente estables y la recuperación del agujero de ozono ha contribuido a que haya menos UV en la superficie de lo esperado. Sin embargo, aunque los HFC han ayudado a que la capa de ozono se recupere, todavía causan algunos daños, lo que hace que el área se regenere más lentamente de lo que se pensaba. Los agujeros de ozono todavía se forman regularmente en la Antártida.

Mientras los científicos esperan que el agujero de ozono se recupere con el tiempo, todavía hay muchas fuerzas naturales que afectan su progreso. Por ejemplo, dada la larga vida útil de los productos químicos que agotan la capa de ozono en la atmósfera, el agujero tardará décadas en volver a los niveles preindustriales. Los datos más recientes de los satélites de la NASA muestran que nuestra capa de ozono se está recuperando y que un resurgimiento de corta duración en la emisión de contaminantes que agotan la capa de ozono en el este de China no retrasará significativamente la reactivación de la capa de "protector solar" de la Tierra.

En resumen, los cambios negativos en la capa de ozono se compensan con cambios positivos en el comportamiento humano, lo que permite que la capa de ozono se recomponga. El papel que juega el propio agujero de ozono en el calentamiento global y el cambio climático resultante es pequeño en comparación con los impactos provenientes de las actividades humanas.